Cuando Katie Stone crecía en una familia de acogida, a menudo tenía la sensación de que le faltaba una guía para la vida. Nadie le había enseñado a desenvolverse en conversaciones difíciles ni a prepararse para los hitos que se avecinaban. Años más tarde, como coeditora de Texarkana Parent Magazine, se propuso dar a las familias locales el tipo de recurso que ella necesitó una vez: historias que celebrasen la resiliencia, guías que facilitasen un poco la crianza de los hijos y una publicación que conectase a la gente de toda la región de Texarkana, Texas.

La revista bimensual se convirtió rápidamente en un recurso de confianza. Cada número ofrecía de todo, desde directorios de campamentos de verano y médicos hasta guías de regalos navideños y oportunidades de voluntariado. Pero lo que realmente diferenciaba a la publicación era su voluntad de compartir historias “sobre el terreno”: padres solteros que superan obstáculos, familias que afrontan pérdidas y adolescentes que trazan su camino hacia la independencia.

Entre bastidores, sin embargo, Stone se enfrentaba a su propio reto. Ella llevaba la carga de trabajo diaria, mientras que su socio se encargaba de las finanzas. Ese desequilibrio la dejaba sin los conocimientos necesarios para tomar decisiones financieras clave sobre la revista; un negocio que planeaban que algún día dirigiera ella sola.

En busca de ayuda, Stone se dirigió al Equipo de Iniciativa Empresarial de Communities Unlimited (CU). Ya conocía la organización tras haber presentado algunos de sus actos en la revista, pero una recomendación del Centro de Desarrollo de la Pequeña Empresa (SBDC) del noreste de Texas dejó clara la conexión: “Lo que realmente buscas, ellos pueden asesorarte y defenderte más”, recuerda Stone que le dijo la oficina local del SBDC.

Con el apoyo financiado por la Subvención para el Desarrollo de Empresas Rurales (RBDG) del USDA de Texas, James Custer, Consultor Senior de Gestión de CU, intervino para ayudar a Stone a navegar por sus opciones.

Custer realizó un análisis comparativo de la revista, revisó los documentos de la sociedad y guió a Stone por varios escenarios de compra. También desmenuzó los aspectos financieros en un lenguaje sencillo, explicando sistemas como QuickBooks y orientándola hacia recursos y clases para reforzar sus conocimientos empresariales.

La consulta dio a Stone una imagen más clara de su negocio y la confianza necesaria para plantearse los siguientes pasos. Al final, ella y su socio optaron por vender la revista a un tercero. Aunque permanecerá durante el periodo de transición, Stone ya mira hacia delante: planea volver a la escuela de diseño gráfico, terminar varios libros que ha estado escribiendo y, algún día, lanzar otra publicación por su cuenta.

Stone dijo que la orientación dejó una huella duradera: “Ahora me siento segura de poder hacerlo sin un socio financiero”.

Y del mismo modo que una vez trató de dar a las familias el recurso que ella deseaba tener, ahora lleva adelante el conocimiento y la confianza para escribir su propio futuro.