Después de un largo invierno o verano, los cambios estacionales pueden ser agradables. Sin embargo, un efecto secundario del cambio de temperaturas es el efecto indeseable que se produce en los sistemas de aguas residuales, en particular en los sistemas de lagunas. Durante los meses de otoño y primavera, las lagunas de aguas residuales experimentan a menudo un recambio debido a los cambios de temperatura. Durante el otoño, el aire frío disminuye la temperatura en las regiones superiores de una laguna caliente, o en primavera, el aire caliente aumenta la temperatura en las zonas superiores de una laguna fría; puede provocar la mezcla entre las zonas superior e inferior, agitando los sólidos sedimentados de la laguna y liberando gases que pueden dar lugar a olores desagradables.
Los síntomas de renovación pueden incluir los olores mencionados anteriormente, lodo flotante y un color más oscuro en el agua de la laguna. Normalmente, se trata de un proceso normal y temporal. Aparte de las objeciones de los residentes por olores indeseables o posibles concentraciones elevadas en el efluente, no es nada preocupante. Si el proceso dura más de unas semanas, es posible que existan otros problemas subyacentes.
Si una laguna experimenta los síntomas de recambio durante más de unas pocas semanas o durante temperaturas estables en verano o invierno, es probable que esté sobrecargada. En el caso de las lagunas aireadas, el primer paso suele ser aumentar los tiempos de aireación para introducir más oxígeno en el proceso de tratamiento. Otra opción es pasar temporalmente al funcionamiento en paralelo para las lagunas que se realizan en secuencia. Esto puede ayudar a disminuir la carga en células individuales y dar a la célula sobrecargada tiempo para recuperarse. Si el sistema tiene una capacidad de almacenamiento adecuada, los operadores también pueden considerar la posibilidad de recircular el efluente en la celda afectada. Esto puede ayudar a diluir la laguna y aumentar los niveles de oxígeno disuelto. En casos extremos, puede ser necesario desviar la celda afectada o instalar aireadores temporales para solucionar el problema.
Es esencial realizar pruebas periódicas de los influentes de las aguas residuales. Las mediciones coherentes del caudal pueden ayudar a los operarios a anticipar y diagnosticar si estos síntomas son típicos o el resultado de una sobrecarga. Esto puede ayudar a los operadores a remediar los problemas antes de que se les vayan de las manos.
En el caso de rotación estacional regular, las instalaciones de lagunas con quejas reiteradas por olores de los residentes podrían considerar el establecimiento de un plan de divulgación comunitaria. El plan debe incluir explicaciones sobre cómo funcionan este tipo de sistemas, por qué se produce la renovación y la importancia del tratamiento de aguas residuales para una comunidad, lo que puede aliviar las preocupaciones de los residentes y atemperar sus frustraciones. Entre las posibles vías de participación de la comunidad figuran los periódicos locales, las redes sociales o los folletos. Aunque es posible que el plan no evite todas las quejas residenciales, la transparencia y la información fácilmente disponible pueden ayudar a los residentes a comprender qué pueden esperar en relación con esta parte vital de su infraestructura local.
Es esencial contar con planes para hacer frente a los numerosos retos que puede plantear un sistema de tratamiento de aguas residuales. Estar atentos a los cambios, saber lo que es normal y lo que puede requerir ajustes operativos, y contar con un sólido plan de participación de la comunidad contribuirá en gran medida a hacer frente a retos como la rotación de la laguna.